Sucediendo se hace lo que se puede
Sucediendo se hace lo que se puede
La lucha, el enfado, o el querer que las cosas sean de una determinada manera, todo ello forma parte del suceder de las cosas.
Reconocer que el suceder es lo que es el Ser como experiencia, y que en este suceder puede vivirse un intenso contraste de agradable o desagradable, porque así son las bases de la experiencia, otorga en el suceder una abertura que integra sin residuos mentales el suceder de las cosas.
Asimilar lo que Es, como experiencia, en la evidencia de lo que Es, como esencia, es el fluir de este suceder, que realmente es aceptar totalmente lo que está sucediendo.
Todo lo que está sucediendo es lo que puede suceder, poder y suceder es lo mismo en el ahora.
La posibilidad es inmensa, pero el suceder del ahora es su experiencia posible.
Siempre se está haciendo lo que se puede, aunque aparezca el pensamiento “hubieras” podido hacer, o hubiera podido pasar otra cosa, esta otra cosa es en el ahora una propuesta que aparece, pero nuca hubieras podido hacer, o suceder otra cosa.
En primer lugar porque el suceder depende de la totalidad y no de la aparente personalidad, la aparente persona, en su aspecto funcional, forma parte de esa totalidad como experiencia, y por supuesto no está aparte de ella.
Favorecer el vivir y disminuir el sufrir
Todas las propuestas para favorecer el vivir y disminuir el sufrir, con sus consecuentes quehaceres, están muy bien.
Saber íntegramente del suceder como Ser, es un muy buen favorecer al vivir y disminuir el sufrir, pues una gran parte de sufrir es debido:
- A la carga de culpa de la arrogancia de un “yo” interpretado, que se exige y exige
- Se culpabiliza y culpabiliza, con sus miedos e irascibilidades.
- Saber bien que se hace lo que se puede, que no se puede hacer mejor, liberarse del miedo del control y la exigencia puede suceder.
Esta gran carga del pensamiento del sobre esfuerzo, estos ideales de esforzarse mucho para conseguir otros ideales, este pensar del querer ser más, o mejor que…
Inculcada o educada la mente en estos principios de valor, menospreciando o pasando por alto el respeto a todo ser por el hecho de Ser.
El reconocer la sencillez de la esencia de Ser, el amor, e inmensidad de la totalidad de la realidad que somos ahora, sin esfuerzo solo siendo, pues el haciendo va surgiendo quiera o no el aparente “yo”.
Se hace siempre lo que se puede, esto puede reconocerse en este sucediendo.
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