VISHADA YOGA
VISHADA YOGA
Tradicionalmente en la cultura védica, de la que procede el yoga, se considera que existen seis tipos de escrituras principales: sruti (compuesto por los cuatro Vedas), smiriti, itihasas, puranas, tantras y darshanas.
Las itihasas equivaldrían a grandes epopeyas, en las que de forma épica se narran y entremezclan leyenda, mito y elementos históricos. Estas son el Ramayana y el Mahabharata, las dos obras épicas nacionales de la India.
El Mahabharata es inmenso, su volumen equivaldría a siete veces la Odisea y la Ilíada juntas. Considerando una división histórica y cronológica del yoga, este libro fue escrito en la etapa conocida como yoga preclásico y comprendería dos mil años hasta el siglo II a.C. Su autor fue Vyasa, aunque, en realidad, Vyasa significa ‘el que interpreta’, ‘quien recopila el conocimiento y los libros’. Y así, como sucede en gran parte de esta literatura yóguica, destaca la «no autoría» individual, como característica de esta herencia y tradición filosófica impersonal. En este sentido, se dice que una obra comienza a ser un progreso en el camino hacia la liberación cuando es inmotivada, en este caso, no surge del núcleo separado del yo, sino que es libre.
Mahabharata significa ‘la gran India’ y en su sexto libro se encuentra el Bhagavad Gita, un poema de unos setecientos versos, así como una de las obras fundamentales de la literatura y la mística hindú, y uno de los principales tratados de yoga. A diferencia de otros textos filosóficos y espirituales, este presenta una noción simultánea a diferentes niveles de maduración, sensoriales, temperamentales, etc.
El Mahabharata nos narra los hechos que discurren entre dos ramas rivales de una misma tribu descendientes de un solo antecesor, dos familias que luchan para conseguir la soberanía de Hastinapura (supuestamente, la actual Delhi) y que, simbólicamente, representa la meta de la liberación.
La rama de los Kuru representa el aspecto más inferior de los humanos. El padre de esta familia de cinco hijos es Duryodhana, que es ciego de nacimiento, lo cual viene a ser un símbolo muy gráfico de su incapacidad por ver la realidad, reconocer la mezquindad de sus hijos y comprender el dharma. La otra rama está constituida por los Pándava, otros cinco hermanos que están dirigidos por Arjuna, que en parte representa la indecisa razón humana. Pero, a la vez, los Pándava también representan la parte noble del ser humano, que lucha por la justicia, por lo natural, por el sentido común, por la verdad…, por el dharma.
Los cinco hermanos se crían y aprenden el arte de la guerra junto con sus cinco primos de la rama Pándava, compartiendo familiares, amigos, instructores y maestros durante años, pero se hace inevitable la pugna por el reino de Hastinapura, a causa de una serie de entramados y situaciones de rivalidad innatas en la mente humana. Los Pándava siempre intentan obrar según el dharma; en cambio, los Kuru recurren al juego sucio y al engaño para conseguir la hegemonía del reino, e incluso consiguen expulsar a los Pándava de esa tierra durante doce años. Siempre se había evitado llegar a la guerra, pero la trama y la complicada situación acaban desembocando finalmente en una batalla en el campo de Kuru (kurukshetra).
Krishna ha convivido con las dos familias y es amigo de ambas, por lo que no puede decantarse por ayudar a uno u otro bando, y les da a escoger entre su compañía y enseñanza divina o su ejército. Arjuna elige estar al lado de la enseñanza divina de Krishna, mientras que Dritarastra (el hermano jefe de los Kuru) escoge satisfecho quedarse con el ejército de Krishna. Así pues, Krishna, un avatar, una encarnación de lo divino en humano, un defensor del dharma, se convierte en auriga y conduce el carro de Arjuna en la batalla. Se trata también de un gráfico y sugerente simbolismo: «conducir el carro», tomar las riendas de la dirección de la vida y las situaciones, a fin de buscar el constante equilibrio para que no se «desboquen» los sentidos.
El primer capítulo del Bhagavad Gita comienza con el escenario de los dos ejércitos dispuestos en el campo de batalla, a punto de iniciar la contienda, y el carro de Arjuna dirigido por Krishna que se desplaza entre las dos formaciones.
Arjuna es un ksatriya (casta de gobernantes y guerreros), y así, como guerrero por naturaleza, educación y disciplina, se cree mantener firme para la batalla, sin temor alguno a sufrir, matar o morir para defender una causa noble, tal como es digno y normal de hombres así preparados y dispuestos. No obstante, cuando Arjuna ve entre los dos bandos no solo a guerreros sino también a familiares, maestros, amigos y compañeros contra los que debe luchar, la duda y la angustia comienzan a invadir toda su mente, de forma que la fortaleza que sentía para luchar por el reino se convierte en una terrible indecisión interior. Ante tal sufrimiento, Arjuna va manifestando a Krishna su contradicción e implorando la posibilidad de no comenzar la contienda y que no se produzca ese inútil derrame de sangre.
«El arco se escapa de mis manos, estoy bañado en sudor, no me tengo en pie, la cabeza me da vueltas, todo me parece negativo.»
Bhagavad Gita. I, 30
Esta desolación de Arjuna es el vishada yoga, que es como el primer yoga, la situación vital que conduce a la aparición de un verdadero interés por salir de esta angustia, por comprender de verdad y que la prioridad existencial sea «dominar» el sufrimiento. La práctica del yoga comienza cuando la mente está inmersa en la depresión y el desequilibrio, ya que, si tu mente estuviera en su estado natural, ¿para qué necesitarías yoga?
El Bhagavad Gita comienza con vishada en el primer capítulo, y en los siguientes Krishna va describiendo otros yogas, pero no solo porque su misión sea transmitir la enseñanza espiritual, sino porque en Arjuna ha surgido la verdadera demanda de comprender para salir de la rueda del sufrimiento, una demanda que sin vishada no habría aparecido.
[wp-rss-aggregator limit=»5″]