¿Por qué hacer yoga?
Seguramente, alguna vez has oído hablar del yoga y de cómo ayuda a la salud física y mental. El yoga es una práctica milenaria que tiene su origen en la India y que se popularizó en Occidente sobre todo con el hatha yoga, uno más de los muchísimos yogas que existen y se practican en el mundo. La palabra yoga procede de la raíz sánscrita yug, que significa ‘unión, comunión’. Se trata de una unión en dos aspectos: la unión del cuerpo y la mente, y la unión con uno mismo, con la esencia de lo que somos. El yoga es un reencuentro, el camino de vuelta a casa. Y en este camino de regreso a lo esencial, nos encontramos con un sinfín de beneficios colaterales y a todos los niveles. Podemos dividir estos beneficios en: físicos, fisiológicos, mentales, emocionales y sutiles.
Beneficios físicos del yoga
El yoga es un trabajo en el que, a través del aspecto físico, nos dirigimos hacia el ámbito sutil. Su práctica descongestiona la musculatura. Gran parte del ejercicio se centra en la espalda, por ser una zona frecuente de carga y tensión. Existen muchas llaves de reeducación postural, desbloqueo y estiramiento. Además, con los asanas o posturas físicas, fortalecemos y flexibilizamos la musculatura del cuerpo, ayudando a mantenerla ágil y descargada.
Beneficios fisiológicos del yoga
Con el yoga, estimulamos y ampliamos nuestra capacidad pulmonar. La respiración juega un papel fundamental en la sadhana o sesión de yoga. Las posturas nos permiten tonificar y estimular los órganos. Acondicionamos el sistema cardiovascular. Mejoramos la circulación y oxigenamos las células del cuerpo. Regulamos el sistema nervioso y endocrino.
Beneficios mentales y emocionales del yoga
Mediante sus numerosas prácticas mentales, como la relajación, la concentración y la meditación, reducimos el nivel de angustia, estrés, nerviosismo, tensión y miedo.
Beneficios sutiles del yoga
El yoga aporta una expansión y un reconocimiento de la conciencia. Redescubrimos nuestra naturaleza de Ser. Aprendemos a vivir de forma plena y en paz.